El jamón ibérico y otros manjares de Badajoz
Además del momento ideal para disfrutar del mar y de la playa, las vacaciones se anticipan también como el paréntesis perfecto para los sibaritas de hoy y de siempre. Unos cuantos días para degustar platos tradicionales y manjares varios.
La gastronomía de Badajoz ofrece lo mejor de la región, donde el gran protagonista es el jamón certificado con Denominación de Origen Dehesa de Extremadura. Allí los cerdos son alimentados al aire libre a partir de una dieta exclusiva de bellota y hierbas y los resultados se sienten en el paladar. Estos animales se crían en el particular ecosistema de la dehesa de Extremadura, con casi un millón de hectáreas y donde la cría del cerdo ibérico es un trabajo realizado con gran profesionalismo.
En la provincia de Badajoz es posible degustar infinidad de jamones con sello ibérico, todos de gran calidad pero allí además habrá que probar otras especialidades como chorizos, lomos, lomitos, salchichones y salchichas.
En los calderos locales, además se cocinan carnes y verduras, mezcladas con tomates, pimientos y cebollas. Entre los platos típicos se destacan el frite extremeño o la caldereta de cabrito lechal, que lleva cebollas, ajos, pimientos y pimentón picante. También las migas, que se elabora con hogazas de pan frito en aceite de oliva acompañadas con ajo, torreznos, panceta, chorizo, pimientos fritos o huevo. La torta de la Serena, un queso de pasta suave con Denominación de Origen, se combina con el pan de la tierra y a la hora de los postres, los turistas pueden apostar por las flores extremeñas, las roscas fritas con anís o las perrunillas, que son galletas elaboradas con manteca de cerdo.
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Vía: Guía Repsol