Turismo sí, pero mejor sostenible: cinco destinos asequibles

El turismo sostenible es una modalidad en toda regla y cada vez son más los adeptos que se suman a lo que va más allá de una moda. Nada de hospedarse en alojamientos poco respetuosos con el ecosistema ni alimentarse de comida no ecológica. Pero este tipo de turismo no se queda solo en el alojamiento sostenible.

Los realmente interesados en el ecoturismo buscan en sus viajes una experiencia ecológica completa. Están interesados en probar la cocina local producida de manera orgánica, en colaborar con la reducción de la huella de carbono y en apoyar a las comunidades autóctonas con el único objetivo de reducir el impacto del turismo en el medio ambiente.

Los ciudadanos españoles ocupan el puesto número cuatro en el ránking de interés por este tipo de turismo, según desvela un estudio que Booking ha realizado a partir de una encuesta global realizada en 17 mercados turísticos. Solo por delante de España se encuentran China, Brasil e Italia. El 62% de los viajeros pretende alojarse en un establecimiento sostenible durante el próximo año y el 50% consideraría viajar a un destino determinado si en este se practicasen hábitos sostenibles.

Para empezar en esto del turismo sostenible aquí van cinco destinos cercanos y asequibles.

Noja (España)
Cantabria es una de las regiones españolas que mejor conserva su parte más natural; es uno de los destinos nacionales preferidos por los turistas ‘eco-friendly’. En Noja se pueden encontrar las playas naturales de Tegandín, de 4,4 kilómetros de extensión, y la de Ris, de 2,5 kilómetros.

Pero además de la conservada costa cantábrica, la pequeña localidad cuenta con una zona de humedales de gran valor ecológico que harán las delicias de los amantes de la naturaleza y que forma parte de la Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja.

Azores (Portugal)
El país vecino alberga algunos de los parajes naturales europeos mejor conservados entre los que vale la pena destacar el municipio de Ponta Delgada, capital de las Islas Azores. Este archipiélago es un paisaje natural casi intacto, ya que solo el 5% de su superficie está construida. Además, su ubicación, separada del continente, la protege de la afluencia masiva de turistas y facilita el contacto de sus vistitantes con la gente local.

Las islas Graciosa, Flores y Corvo son la joya de la corona de la Azores. Declaradas Reservas de la Biosfera cuentan con una gran cantidad de especias endémicas y de artrópodos que junto a todas las del archipiélago suman más de 300.

Yerápetra (Creta)
Uno de los destinos más sostenibles del mundo está en las islas griegas. Concretamente la ciudad de Yerápetra, en la isla de Creta ofrece a quienes la visitan la opción de refugiarse y conocer la naturaleza típica del lugar. A pesar de su apariencia árida, la tierra que rodea esta ciudad es muy fértil y de ella se derivan distintos tipos de cultivos.

Pero además de sus campos y sus playas de arena blanca bañadas por el mar de Libia, desde esta ciudad los viajeros pueden acceder de manera sencilla a las cuevas doradas y a la Isla Chrissi, un paraíso natural deshabitado de cinco kilómetros de largo.

Baiona (España)
Al sur de Galicia, Baiona proporciona a sus visitantes una cálida acogida alejada del turismo masivo. Allí, escondida tras una bahía que la defiende del mar abierto, la pequeña localidad gallega permite a quienes se atreven a descubrirla disfrutar de suaves temperaturas durante todo el año, puertos pesqueros pintorescos y amplias playas que delinean con enormes bosques de pinos además de contar con estancias sostenibles.

Pafos (Chipre)
La ciudad de Pafos, en Chipre, es un destino que roza la perfección. A parte de estar catalogada como una de las ciudades más sostenibles por WWF, su paisaje está considerado como uno de los más bonitos del mediterráneo. De hecho, según las antiguas leyendas fue en las playas de Pafos dónde nació la diosa griega de la belleza, Afrodita. Una belleza que tampoco pasó desapercibida para la UNESCO, que incluyó a la ciudad en su lista de tesoros naturales y culturales Patrimonio de la Humanidad.